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Los trastornos de la personalidad

Los trastornos de la personalidad

Los trastornos de la personalidad suponen en las personas que los padecen problemas de aislamiento emocional, de escisión de las emociones, poca autoestima, autoengaño, problemas de adaptación, sin embargo les cuesta pedir ayuda, no son conscientes de su problema.

Por otro lado las personas que conviven o tienen un trato cotidiano ya sea de pareja, familiares , de amistad o de trabajo, suelen tener dificultades en establecer relaciones sanas, las relaciones se vuelven complejas, complicadas y conflictivas. Y pueden llegar a necesitar ayuda para entender a ese tipo de personalidades y el malestar que puede causar esas relaciones, que pueden generar en las personas con las que se relacionan sensaciones de culpa , miedo, inseguridad, desestabilización emocional, inestabilidad personal, baja autoestima, duda y confusión.

Esos estados se pueden analizar y trabajar, haciéndose mas conscientes de este tipo de relaciones, ayudándonos a poder gestionarlas mejor y tener mayor control sobre nosotros mismos.

¿Qué es la Asertividad?

¿Qué es la Asertividad?

La asertividad es una forma de realción personal, una forma de relacionarse, que consiste en conocer los propios derechos y defenderse, respetando a los demás.

Es la habilidad de expresar nuestros deseos, opiniones, ideas, emociones y sentimientos de una manera directa, abierta y respetuosa,
Asertividad es saber pedir, saber decir que no, cuando así lo sentimos, saber negociar, ser flexibles, saber hacer y recibir cumplidos y saber hacer y aceptar quejas.

 

 Algunas claves para ser más asertivos:

 

1- Cuando quieras expresar una opinión o argumento, describe los hechos concretos, cíñete a la realidad, no a los juicios sobre el hecho.

 

2- Si quieres expresar un estado de ánimo o sentimiento, describe el hecho o dicho de la persona que te lo provoca de forma concreta, y después describe la emoción o el sentimiento que te produce, sin hacer ningún juicio o descalificación de la otra persona.

 

3- Si quieres hacer una petición, hazlo especificando qué es lo que quieres de forma concreta. Después especifica las consecuencias y la solución, lo que quieres realmente.

 

Cuanta más seguridad y autoestima tengas más fácilmente te resultará comunicarte con asertividad y aún así no siempre se va a tener éxito y eso también es normal.
Los Pensamientos

Los Pensamientos

 La mente es un instrumento que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo que nos rodea, a la realidad que nos rodea.

Las funciones de la mente, entre otras son. observar, reflexionar, discriminar, deducir, relacionar, decidir, etc. a través de los hechos, experiencias e ideas que nos vamos haciendo de la realidad.

Todos los hechos y experiencia que vivimos están impregnadas por emociones, por lo tanto también influyen en nuestros pensamientos y creencias, Por eso es importante tener una buena gestión de nuestras emociones para que nuestro pensamiento sea más ajustado a la realidad y funcione con menos distorsiones.

Para manejar todo el volumen de información que nos llega, el pensamiento toma atajos a través de sesgos o distorsiones que van a influir en nuestras creencias a cerca de nosotros y de la realidad.

Vamos a ver las más comunes.

  • Sesgo de atención selectiva tendencia a atender a la información que se relaciona con cómo nos sentimos. si nos sentimos deprimidos, vamos a prestar más atención a contenidos negativos, si nos sentimos más felices a contenidos alegres. Si compramos un coche vamos a ver ese modelo contínuamente.
  • Sesgo de confirmación, tendencia a fijarnos sólo en los datos o hechos que confirman una creencia previa, De esta forma no tendríamos en cuenta otros datos que podrían hacer variar nuestra antigua creencia.
  • Sesgo de familiaridad, tendencia a sentir preferencia por objetos personas o hechos con los que estamos más familiarizados. Así descartaríamos todos los que no nos resulten familiares sin haberlos valorado o confrontado.
  • Sesgo de proyección, tendemos a sumir que la mayoría de gente piensa como nosotros, aunque no lo hayamos verificado.

Damos por hecho que esta forma de pensar que tenemos es la mejor o la única forma de pensar.

Y lo podemos tener muy interiorizado,lo creernos a pies juntillas y eso nos va a dificultar llegar a poner en tela de juicio en algún momento la forma de pensar que tenemos y por lo tanto las creencias de nosotros y del mundo que nos rodea.

La capacidad de pensar la tenemos todos y el pensamiento es un instrumento que nos ayuda en nuestro conocimiento, pero tenemos que plantearnos el cómo lo utilizamos, porque podemos utilizarlo a nuestro favor o en nuestra contra.

Las Emociones

Las Emociones

Las emociones primarias son muy útiles, nos ayudan a adaptarnos, a ajustarnos al medio ambiente.

Sirven para comunicarnos con los demás, nos dan información sobre nosotros mismos, sobre cómo nos sentimos ante determinadas circunstancias o hechos, para poder afrontarlos o resolverlos si son problemáticos para nosotros, también tienen una función motivacional, nos motivan y potencian, por otro lado nos ayudan a elegir, a conocer nuestros deseos y a guiar nuestro razonamiento.
Según Greenberg, psicólogo humanista, las emociones se pueden clasificar en:
Primarias adaptadas o saludables:  
son las emociones básicas, son respuestas viscerales a las situaciones. Son muy útiles para la supervivencia y el bienestar. por ejemplo, enfado ante un agravio, tristeza por una pérdida, o miedo ante una amenaza.
Primarias desadaptadas o no saludables:
generan sensación de malestar, no son sanas, ni útiles. Se basan en un aprendizaje previo. Generan sensación de impotencia. Por ejemplo, la vergüenza por no sentirse amado, la ansiedad de sentirse inadecuado, o estar enfadado inexplicablemente.
Secundarias:
son emociones reactivas que tapan la emoción primaria, ocultan lo que sentimos a nivel profundo. Por ejemplo sentirse enfadado, debajo hay tristeza, culpa o vergüenza.
Instrumentales:
se utilizan para conseguir algo, para manipular, ya sea de una manera consciente o inconsciente. por ejemplo el llanto para conseguir amabilidad o el enfado para controlar a otras personas.
Para gestionar mejor nuestras emociones tenemos que estar en contacto con ellas, hacernos mas conscientes de lo que sentimos, paras poder detectarlas y ponerles nombre.
Las primarias saludables nos sirven de guía. En cuanto a las no saludables es bueno no dejarse llevar por ellas, después de haberlas detectado, porque no nos aportan bienestar. En cuanto a las secundarias es útil explorarlas para llegar a la emoción más básica. y también nos ayudaría indagar en las instrumentales para ver cómo las utilizamos y ser más conscientes de nuestros deseos para poder expresarlos con mas claridad.
Quién soy y Cómo me defino

Quién soy y Cómo me defino

Cuando intentamos definir quiénes somos, tratamos con un campo muy extenso y complejo. Pues nos podemos definir teniendo en cuenta muchos aspectos y todos ellos engloban la totalidad del ser humano.
Somos sentimientos y emociones, pensamientos, aspiraciones e ideales, aptitudes, ya sea en el campo artístico, lógico, movimiento o motricidad, destrezas manuales, auto observación, etc.  Y también los rasgos físicos o aspecto externo. Y en cada campo hay diversas variables a tener en cuenta.
A parte también expresamos esos rasgos en nuestras distintas relaciones o roles, como padres, como hijos, como trabajadores, Como amigos, etc.
Por lo tanto no nos podemos definir teniendo en cuenta solo uno de esos aspectos, porque estaríamos reduciendo nuestro ser por ejemplo cuando solo nos identificamos con nuestro físico, estamos solo una parte de nosotros, la parte más externa.
Si queremos ser honestos con nosotros mismos, tenemos que tener en cuenta todos los aspectos que nos definen y ver cuales tenemos más fuertes, para fomentarlos y cuáles tenemos más débiles y que nos interese cambiar.
Tener en cuenta todos nuestros aspectos y conocerlos nos da una idea más aproximada y real de nosotros mismos y lo que es más importante, al conocernos mejor nos podemos aceptar y querernos tal como somos.

El hecho de aceptarnos y estimarnos nos proporciona seguridad, tranquildad interna y bienestar. Y nos hace más felices que es a lo que en definitiva aspiramos.